La celda de una monja Agustina Descalza es como una clausura dentro de la clausura, un lugar para el descanso, la meditación y el estudio o trabajo especial.
Debe ser austera y sencilla, donde brille el orden, la limpieza y la armonía.
Nada superfluo, sólo lo necesario, lugar de pobreza.
No necesitamos nada más, porque nuestra pobreza nos hace vivir las palabras de nuestra madre Santa Teresa:
SOLO DIOS BASTA